20080225

El modelo Open Source puesto a prueba


Mi nece(si)dad de contar con equipo de campaña tipo ALICE (All-purpose Lightweight Carrying Equipment), sin gastar las escandalosas sumas y la energía moral que eso representa en México, es una oportunidad privilegiada para poner a prueba el modelo de desarrollo «libre» o «de fuente abierta», según lo define Eric Steven Raymond en su ya legendario ensayo The Cathedral and the Bazaar, y de paso demostrar que son aplicables no sólo en el software.


Es un trabajo aún en proceso, cual debe si somos consecuentes con la filosofía de la «fuente abierta», y me refiero tanto a la «prueba del concepto» como al proyecto de equipamiento, que he denominado ALICIA por ‘Alternativa Libre a la Impedimenta de Campaña Individal ALICE’.
En cuanto a lo de ser consecuente, he empleado herramientas «libres» tanto como es posible: el navegador de Internet Mozilla-Seamonkey para conocer las especificaciones reglamentarias de los equipos ALICE y luego publicar las características de sus equivalentes ALICIA; Inkscape para generar sus diagramas en formato SVG; Ghostscript para convertirlos a PDF, e Imagemagick para la conversión a JPG y PNG –todo en sistema operativo Mandriva Linux Free con entorno gráfico KDE; incluso leí a Raymond (edición de 2000) en mi agenda electrónica con PalmPDF, que usa las librerías de Xpdf.

La catedral y el bazar
Eric S. Raymond compara el modelo tradicional para el desarrollo de software con la construcción de una gran catedral: es un proceso altamente centralizado, a cargo de una mente maestra y en el que sólo participan unos cuantos artesanos que conocen y dominan los secretos de su oficio, pero no necesariamente el oficio, y menos los secretos, unos de otros; quizás ni conozcan entre todos el proyecto completo.
Sin embargo, el estilo puesto en la palestra por el «fenómeno Linux» más bien se parece a un bazar (tianguis, o mejor, baratillo): es bullicioso, todos y todo tienen entrada; todos tienen algo qué ofrecer, todos encuentran algo de su interés.
Dejemos de lado por ahora las implicaciones antropológicas y filosóficas de esto, que igual sirve como definición de la Posmodernidad, para concentrarnos en cómo explica el autor que, en vez de terminar en el caos, el modelo «libre» o «de fuente abierta» logre, con mínimos de tiempo y dinero impensables para el modelo tradicional, productos de gran madurez y calidad. He aquí sus diecinueve principios y cómo ALICIA los ha puesto a prueba en una esfera ajena al software, en la primera etapa de mi intento por demostar su viabidad en todos los ámbitos de la actividad humana.

1. Todo buen proyecto intenta satisfacer una necesidad personal
Caso 1. Las mochilas ALICE son consideradas uno de los mejores productos de la tecnología militar, por su versatilidad y resistencia, pero no son impermeables, así que en las caminatas largas el sudor se filtra y moja los contenidos, lo que implica documentos arruinados y cambios de ropa que se ensucian antes de usarlos, amén de dolores de espalda al enfriarse la camisa mojada. Además, cuando están cargadas al tope de su capacidad, con equipo o accesorios en las presillas exteriores, la ausencia de estructura rígida deja de ser una ventaja, pues la errática distribución de la carga produce fatiga.
La transpiración se resuelve con el uso de un armazón exterior ad hoc, que crea espacio de aire entre el equipo y la espalda, o al meter la carga en una bolsa de basura y una pieza de lona impermeable (requerida para aislar del suelo la bolsa de dormir) entre los documentos y la tela del respaldo. Pero la falta de estructura sólo se remedia con el armazón, y como adquirirlo estaba fuera de mis posibilidades, decidí hacerlo.
Caso 2. Las mochilas ALICE son reglamentarias en el PDMU; teniendo una yo, mi hijo quería la suya, pero es muy grande para un niño de 8 años. Un compañero suyo del Grupo Menor llegó con una de las llamadas «mini alice», que no son reglamentarias pero reproducen efectivamente la funcionalidad y aspecto de la original, en proporciones manejables por un niño. Le pedí que me la vendiera o consiguiera otra, y como no le fue posible, recurrí a Internet. Descubrí que en México es a veces más cara que la mediana, y eso, cuando hay. Entonces me aboqué a encontrar un diagrama (patrón) para armarla, como ocurrió con el armazón, pero no tuve éxito. Después que un sastre mochilero puso 30 pretextos para no hacerla él (de los cuales la mitad sonó igual que los míos), vencí la pereza y, nuevamente, decidí hacerla yo.
Caso 3. Mi señora tiene una cantimplora militar original, y durante las expediciones que realizó como Scout nunca pudo usarla de manera práctica, pues no tiene manera de fijarla al cinturón. Durante mis indagaciones sobre el armazón y la minimochila descubrí que es un accesorio del sistema ALICE, y requiere un par de broches especiales que nadie vende en México, así que... los hice yo.

2. Comienza por aplicar y adecuar una solución parcial existente
Caso 1. Conseguí las especificaciones reglamentarias del armazón ALICE y tenía dos sillas de campaña rotas; con las vacaciones de verano por delante, probé a trasladar el diagrama ALICE a una estructura tubular para entretenerme durante el asueto. Así lo hice, y adecué las proporciones al sitema métrico decimal, por serme familiar; la segunda versión de mi diagrama (con los «parches» que hice sobre la marcha) está publicada ya (primera y segunda parte del principio 7). Entonces: apliqué una solución existente (especificaciones del armazón ALICE) y la adecué a mis circunstancias: bajo gasto, sistema métrico, disponibilidad de una estructura tubular destinada originalmente a la chatarra.
Caso 2. Aquí la solución parcial existente fue mi propia mochila. Conseguí las especificaciones estándar tanto de la ALICE mediana como de la «mini alice», y las corroboré con la mía, que es una buena copia nacional. Adecué las medidas de todas y cada una de las partes al sistema métrico, hice el diagrama y, ya comprobado que todo estuviera en su lugar y proporción, emprendí el diseño de la «mini». No «encojí» el diagrama así nomás, porque eso dejaría fuera de realidad el correaje y los refuerzos, además de que ciertas piezas esenciales hubieran resultado inutilizables, como las tres bolsas frontales, la bolsa interior y las presillas de carga externa. Para la mochila «mini» sólo emplee como referencia muy general las proporciones en pulgadas vistas en Internet, procurando alguna semejanza visual con la que le vi al compañero de mi hijo, pero en realidad diseñé cada pieza pensando en mantener la funcionalidad (ver el principio 15). De paso, gané un diagrama en medidas decimales para confeccionar mochilas medianas, que tanto necesitan mis compañeros del Grupo Mayor (ver principios 4 y 14).
Caso3. Corté y doblé dos trozos de solera de aluminio de modo que, al terminar, el broche fuera un poco más largo que el ancho de las presillas para carga exterior de la mochila, que es el mismo de las fajillas (de lona o cuero) que usamos los uniformados... Algo así como 7 cm de largo cada pieza, ya terminada. Usé la solera para poner mosquiteros a las puertas exteriores de mi casa, fijando la tela a las rejas de seguridad, y del sobrante saqué una banda de refuerzo para el armazón ALICIA, además de estos broches. La adecuación es que, en vez de requerir dos piezas que se deslizan y aseguran una con otra, como en los originales, el broche es una sola pieza con dos dobleces, como un clip.

3. Si quieres resolver bien el problema, disponte a recomenzar por lo menos una vez con nuevas soluciones
Caso 1. Más que a este principio, el armazón me llevó primero al 15, y de ahí me remitió acá. Obvié, entre otras cosas, un par de refuerzos diagonales, más por flojera que por una razón fundada, lo que redundó en un total fracaso durante la prueba inaugural y la destrucción de la mitad inferior, así que hube de rehacer la estructura, ahora sí, con ese par de piezas. La «nueva solución» vino a ser, entonces, un seguimiento más fiel de la solución parcial original, que hasta el presente ha dado buenos resultados.
Caso 2. Está por verse; acabo de enviar a impresión en plotter el diseño de dos mochilas. Una vez armadas y puestas a prueba, detallaré el asunto.
Caso 3. Dada la simplicidad de los broches, no han surgido problemas mayores. La sujeción de los accesorios no es tan firme como yo quisiera, y alguien que descubra su funcionamiento podría robarlos con relativa facilidad, aunque no tanta como con los originales... No es algo que me preocupe mucho si hablamos de gente que sabe defensa personal y nunca va sola por la calle cuando está uniformada y equipada (ups. Fuga de de seguridad; ver principio 17).


4. La actitud correcta atrae nuevos e interesantes retos
Si no hubiera yo emprendido la tarea de hacerme un armazón, no habría ahora un sistema ALICIA –incipiente, claro, que suma ya cuatro productos. No habría investigado más sobre el sistema ALICE ni habría juntado la voluntad necesaria para resolver un problema que no sólo me afecta a mí: a) contar con equipo (casi) reglamentario para las prácticas del PDMU, b) económico, c) fácil de obtener en México y d) adecuado a las características físicas del usuario; temas que aparecen recurrentemente cuando se trata de adquirirlos por Internet o en las (escasas) tiendas especializadas: a) no lo hay, o lo que hay ni siquiera se parece visualmente –no se diga en función a lo que uno necesita; b) cuando hay, es caro; c) hay que importarlo, pedir que se importe (más caro aún) o hurgar en los entresijos de las tiendas, porque a veces ni el vendedor sabe que lo tiene; d) ahora contamos con un recurso para proveer a los niños de equipo homólogo al de los grandes; así como yo generé un diseño de «minialicia», creo que a nadie le costaría demasiado trabajo generar uno de «miniarmazón», a reserva de que los pediatras se lo comerán vivo por sobrecargar una espalda en desarrollo... Habiendo un niño kamikaze que lo quiera, ya existe un punto de referencia.
No está por demás: e) intercompatibilidad ALICE-ALICIA. Mi mochila es ligeramente más grande que la estándar (da los pocos centímetros cúbicos que siempre hacen falta en las ALICE medianas) y el armazón ligeramente más angosto, de modo que está garantizada la complementación entre ambos sistemas, y si quedaran algo flojos al unirlos, la carga los estabilizará. Los broches son algo duros para entrar por las presillas de los accesorios, pero eso no perjudica su función, y las minimochilas... lo importante es que se parezcan, en aspecto y sobre todo en funcionalidad, a las medianas, guardada la proporción entre el tamaño y capacidad de los respectivos usuarios; salvedad hecha de las presillas externas y los tirantes, que funcionarán idénticamente que los de las medianas ALICE y ALICIA.
En el caso del sistema ALICIA la «actitud correcta» ha revelado ser, para mí, el interés por apoyar a otros en la solución de un problema de equipamiento que me es común; no esperen tampoco que se lo resuelva yo, y si lo hago, será, como en el universo de Linux y la «fuente abierta», con un cobro justo por el servicio.

5. Si pierdes interés en un proyecto, es tu deber heredarlo
Momentáneamente, pasémoslo por alto. Estoy demasiado comprometido con proveer de mochila a mi hijo como para dejar que sea otro quien le lastre la espalda.

6. Tratar a tus usuarios como codesarrolladores es el camino más fácil para mejorar el proyecto y eficientar su depuración
«Ángel» (respetamos su privacidad), compañero de trabajo y Scout veterano de muchas expediciones, se probó el armazón en cuanto volví de vacaciones, y gracias a él descubrí que los soportes para la riñonera, si a mí me quedaban justos (soy talla 30-32 de pantalón), a la mayoría se le encajarían precisamente en la zona que debían proteger, así que cambié su punto de sujeción, del interior, al exterior del marco principal.
«Carlitos» –llamémoslo así– fue el elegido para hacer la prueba inaugural del armazón ALICIA, por unas cuentas que debía al control disciplinario del batallón. Fue en una caminata con mochila lastrada (5 kg), y a la mitad del viaje de ida ya se habían desbaratado los soportes para la riñonera, de modo que los llevaba encajados... en los riñones. A él agradezco infinitamente enseñarme a respetar cualquier cosa que los diagramas llamen ‘refuerzo’, y todavía no termino de quedar a mano con el sufrimiento que la prueba le causó.
Si las pruebas las hubiera hecho yo mismo, en vez de recolocar los soportes riñoneros me hubiera bajado la fajilla un par de centímetros, y durante la caminata, habría buscado todos los medios posibles para evitar que se desarmara, aun a riesgo de accidentarme por tener las manos ocupadas, y me daría todos los pretextos para disculpar el fracaso.
Espero que las pruebas de la «mini alicia» no me ganen la enemistad filial.

7. Publica pronto el proyecto, actualízalo con frecuencia y escucha a los usuarios
Publiqué el diagrama del armazón justo en cuanto tuve el prototipo, y gracias a las observaciones de «Ángel» y a «Carlitos», las primeras modificaciones fueron poco menos que inmediatas. Las vacié el 080228 en un diagrama actualizado. En cuanto a las mochilas, los diagramas y documentación estarán en línea antes incluso de tener hechos los primeros ejemplares, a disposición de quien desee ponerlos a prueba.
Actualización 080228.- Enviado correo a www.backpacking.net, con aviso del sistema ALICIA (mochilas y armazón) para ser incluido en su foro «Make Your Own Gear». Estamos en espera de respuesta...

8. Con una base amplia de ensayadores y codesarrolladores, los problemas serán detectados pronto y las soluciones serán obvias para alguien
Mi base no es amplia; los dos voluntarios del armazón y mi hijo, que usará la mochila «mini», no se pueden contar siquiera como una base, pero mi «no-base» ha sido invaluable en las fases primeras de los productos. Éste es un punto que debo poner en práctica debidamente; con ayuda de la comunidad internáutica, será sencillo.

9. Una estructura de datos inteligente y realización (código) tonta, funcionan mejor que lo contrario
Creo que éste es un principio no muy aplicable fuera del software, pero intentaré trasladarlo al proyecto ALICIA.
Para empezar, no creo ser yo la persona adecuada para juzgar la estructuración del proyecto ni de sus productos; lo que sí puedo decir, como mera experiencia, es que el armazón resultó algo casi estúpido de tan simple; parece inconcebible que los originales resulten tan caros y difíciles de conseguir. Finalmente, si el propósito del sistema ALICE es ser un equipamiento fácil de usar y de mantener, resulta casi obligado que así fuera también para hacerlo, lo cual quedaría demostrado por la facilidad con que pude hacer el armazón ALICIA y los broches para accesorios, además de lo sencilla –pero laboriosa, o sea, tonta– que fue la «ingeniería inversa» con que inicié el desarrollo de las mochilas, así como la facilidad con que diseñé la «mini» a partir de la mediana con proporciones decimales. Desde tomar el flexómetro para medir mi mochila a tener el primer diseño en entrada a plotter, llevó sólo cuatro días, tomando algunas horas al aseo doméstico y el trabajo.
En la aparente tontería descubro una gran inteligencia, no en mí sino en los diseñadores del sistema ALICE: pocas piezas que encajan fácil entre ellas, extrema facilidad de uso, reparación y alteración, lo cual se traduce en una gran economía de producción y de recursos cerebrales para el destinatario original: el soldado promedio estadounidense de los años 60.

10. Si tratas a los ensayadores como tu recurso más valioso, así te corresponderán
Estamos entre colegas. PDMU o Asociación Scout, andamos en las mismas veredas y exigimos más o menos lo mismo de nuestro equipo; los «pentas» somos más salvajes en cuanto a la exigencia física, eso sí, y por eso usamos equipo de tipo militar. Como instructor del Grupo Menor, exijo a los niños esforzarse en la proporción que pueden hacerlo, y en cuanto a mis compañeros del Mayor –algunos tienen la mitad de mi edad no sé si ellos más bien me exigen, como mando e instructor. No le daría a usar un armazón o una mochila a ninguno de ellos si no estuviera dispuesto a usarlo yo mismo, y a sufrir las posibles penurias de las pruebas iniciales si los productos fueran creación suya.

11. Después de tener buenas ideas, lo mejor es reconocer las de los usuarios... Y a veces es lo mejor
Necesita crearse una base de usuarios para pasar por aquí. Es bienvenida la participación de la comunidad.

12. Con frecuencia, las soluciones más impactantes e innovadoras derivan de comprender que tu concepción del problema era errónea
No he encontrado un hito de este tipo aún; esperemos a que esté lista la mochila «mini» y entre a la fase de prueba.

13. «La perfección en diseño se alcanza no cuando queda nada por añadir, sino nada qué quitar» (De Saint-Exupéry)
En tanto que el sistema ALICIA hasta el momento sólo ha reproducido la funcionalidad, probada y comprobada, de cuatro productos ALICE (tres, si recordamos que la «mini» no es reglamentaria); habrá que ver si surge algún hito de este tipo. Lo único de este estilo ha sido la simplificación de los sistemas de cierres y seguros en las mochilas ALICIA (ver principio 15) respecto a los de las ALICE, dada la evolución habida en la tecnología de materiales. Claro, también la reducción en las piezas de los broches para accesorios, de dos a una sola, sin partes móviles.
080318.- Hoy actualicé los diagramas: se ha integrado en una sola pieza la tapa y el cuerpo de las bolsas exteriores.

14. Cualquier herramienta debe funcionar de la manera esperada, pero las verdaderamente grandes revelan usos inesperados
Desde que hice el armazón y busqué la minimochila, descubrí que el sistema ALICE contiene entre sus accesorios la llamada «mochila de patrulla», una pieza de equipo que igual complementa la mochila mediana con armazón, que se usa sola sujeta a la fajilla. Tengo la sospecha de que una «mini» bien diseñada podría reemplazarla, usando dos broches para accesorios. El diagrama no indica nada en contrario; habrá que tener el prototipo armado para probar esta hipótesis.

15. Al desarrollar un producto, esfuérzate por alterar lo mínimo sus funciones propias; no elimines alguna salvo que el usuario lo solicite
Caso 1. Además de los refuerzos de marras, evité fijar cuatro presillas metálicas al armazón ALICIA que se estipulan en el diagrama del ALICE (dos para los tirantes y dos más anchos para la faja riñonera); incluso las dibujé en mi diagrama. Me parecieron redundantes y hasta la fecha no los he necesitado; fue una vuelta menos a la ferretería, y siendo yo el usuario final, puede decirse que así lo «solicité». Si alguien los desea, ya sabe dónde van.
Caso 2. Igualmente, simplifiqué la mayoría de los cierres, broches y seguros empleados en las mochilas ALICE, sin que sus funciones sean distintas en el sistema ALICIA, por dos razones que en realidad son tres: a) el avance en la tecnología de materiales que representan 50 años de distancia entre ambos sistemas, permite prescindir de varias presillas y contrapresillas que sólo sirven para distribuir la carga entre ellas y que no se rompan, deslicen o abran fácilmente; así, menos piezas implican menos posibilidades de error, y b) los destinatarios son niños, que no tienen suficiente capacidad física para cargar su casa en la espalda, ni de atención para explicarles las artes mágicas de cómo recortar un tirante, liberar su broche abre-fácil (que en las ALICE no lo es tanto) o asegurar la carga de las bolsas externas.
Esto nos lleva a c) menos carga y mayor calidad de materiales, igual a menos necesidad de redundancia en los aparatos de sujeción. No somos soldados de línea sesenteros cargados con 50 kilos de equipo bélico más 20 de impedimenta personal; los pediatras modernos recomiendan no cargar a un niño con más de 20-25% de su peso corporal, y los ortopedistas dicen de los adultos que el límite es 35%.
Caso 3. Los broches para accesorios fueron más una ocurrencia que algo pensado; sin embargo, me pareció más seguro tener una sola pieza doblada sobre sí misma, que dos piezas que se mueven libremente... La experiencia me ha enseñado que las partes móviles son imanes para las fallas.

16. Evita la especialización excesiva en la documentación y empleo de tu producto
Me parece que este principio queda satisfecho con lo dicho en el anterior, y se ha procurado documentar cada producto ALICIA de la manera más lega posible.

17. El sistema de seguridad para tu producto será tan seguro como sea su confidencialidad; evita los «pseudosecretos»
No hay secretos: una mochila es una mochila, sus accesorios son sólo eso, y su propiedad estará tan segura como el dueño sepa conducirse con discreción, defender su integridad personal (técnicas de autodefensa; la más importante de todas: correr), y acatar las premisas establecidas para usar el equipo (nunca ir solo cuando se está equipado y uniformado, menos por lugares y en horas inapropiados).
El sistema de seguridad ALICIA es el mismo de cualquier impedimenta individual: 1) evitar problemas; 2) correr si los problemas van al sujeto; 3) perder el equipo si es el precio por conservar la integridad o la vida; 4) inmovilizar al atacante si no hay otra opción y se sabe cómo hacerlo.
Mencioné antes algo que me inquieta sobre los broches para accesorios ALICIA... Sabiendo cómo meter la mano entre un accesorio y la mochila o el pantalón del uniforme, basta algo de fuerza para desprenderlo... Pero habría que estar dormido o ser un verdadero imbécil para dejarse robar algo que se trae puesto, con un empujón de 25 kg. Si consideramos que los broches ALICE constan de un pivote que se desliza libremente hasta trabar con el tope de una barra, y que el jalón necesario para destrabarlo sería de apenas 2 kg, creo que de cualquier modo llevamos la ventaja.

18. Si quieres resolver un problema interesante, encuentra uno que sea interesante para ti
Claro que tengo un interés personal; basta lo dicho en el principio 4.

19. Supuesto que el coordinador del proyecto cuente con un medio de comunicación por lo menos tan bueno como Internet, y que sepa dirigir sin coerción, inevitablemente muchas cabezas pensarán mejor que una
...Volvemos al tema de la base de usuarios.

En otra ocasión informaré sobre el avance en los principios que aquí quedaron pendientes.


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