20081124

Para ser libre hay que mirar (y hacerse oír) afuera


A lo rápido, cito artículo de The Linux Magazine:

«Four years into my GNU/Linux law firm experiment, I find myself very comfortable with the technology, very fluent with the programs, but still wishing for a more flexible word processor and an email utility that is steadier than Evolution. The time and money I have saved by using GNU/Linux has translated into lower overhead, greater profit, a better legal product and lower overhead. All of that, in turn, has translated into less time behind the desk, and more time for doing meaningful things in life»... Algunos párrafos antes, destaca la fortaleza principal de Linux: estabilidad, robustez, inmunidad...

Si no tuviera que usar yo mismo tantos programas propietarios de diseño, hace mucho tiempo me hubiera olvidado hasta de los nombres ‘Macintosh’ y ‘Windows’.

20081212. Este abogado, igual que yo, se siente cómodo con un sistema alternativo; no hay nada realmente distinto entre usar software propietario o libre en cuanto a facilidad de uso, y en cuanto a flexibilidad y opciones para hacer una misma cosa desde diferentes aproximaciones, el mundo del OSS es mucho más amplio; qué decir de la economía. Pero las prestaciones de los programas sí quedan algo cortas cuanto se habla de actividades muy específicas; allá, el litigio; acá, el diseño gráfico y editorial. No creo que el problema con el procesador de textos de mi citado vaya más allá de unas cuantas macros en VisualBasic que, con algo de esfuerzo, se pueden reciclar en OpenOffice (pero es algo que queda fuera del alcance de muchos usuarios promedio, como el abogado y yo); igual que, en el mío, el verdadero punto álgido es, por una parte, la posibilidad de abrir archivos en formatos propietarios y guardar el trabajo en ellos mismos (estándares de facto); por el otro, desarrollar actividades muy específicas que al hacker promedio tienen sin cuidado porque nadie ha insistido suficientemente en su importancia: editar una imagen o dar salidas de preprensa en modo de color CMYK; automatizar la importación de pies de página...

20081204. Repito aquí un comentario que recién dejé en el blog de un diseñador: quede bien claro que, si bien no todo es miel sobre hojuelas (como reconoce el abogado articulista), tampoco se trata de a sufrir «lo inevitable» con resignación y buena cara, como el Santo Job... El pingüino también tiene algo de culpa cuando se niega dar un buen mordisco a la manzana o a romper|abrir la última ventana; dicho de otro modo, lo único inevitable es que el ser humano se acobarde y estacione en la mitad del camino...

«¿Onde firmamos, pes? A mí me urge InDesign [hablando de “puertos” en Linux para la paquetería Adobe CS3]; veo con simpatía a Scribus, pero no da lo que necesito; ni Gimp en foto, ni Inkscape en vectores… Si Adobe no hará nada por la comunidad *n*x, tons que la comunidad *n*x deje de pajearse con la inmortalidad del postfix y ponga remedio a las carencias de las aplicaciones para diseño, entre ellas, la compatibilidad con los formatos de archivo de Adobe».

20081212bis. Acabo de encontrar en la página de Adobe Labs el Alpha del plugin Shockwave Flash 10 para Linux... Un paso importante que se suma al Acrobat Reader y los servicios Acrobat para servidores web. De hecho, ya veo mis monadas de Flicker y LastFM al lado de estas líneas, además de permitir a mi hijo usar Linux para abrir disneylatino.com (BTW, también usuario de OSS y Adobe, vía Pixar y Wine). Falta mucho todavía, pero ya es un pasito menos.

20081212bisbis. «“It depends” is almost always the right answer in any big question. And not being even willing to see the other side makes for bad decisions»: sabias palabras de San Linus Torvalds, mal que le pese a los prosélitos de Fray R. Stallman, que –no me canso de insistir– tocan tanto a los «cerrados» de Adobe que se niegan a vender sus productos (yo no les pido nada regalado; ¿tú sí?) a los usuarios *n*x, como a los sanedritas «abiertos» del OSS - *n*x que se sientan en sus nubes de incienso a contemplar El Gran Pingüino en vez de mirar las reales necesidades de los reales usuarios, que –oh, dolorosa realidad– en su mayoría no son (somos) hackers ni proselitistas, sino simples mortales que encienden (encendemos) la máquina y esperan (esperamos) que cumpla un mínimo de expectativas en 1) rendimiento y 2) prestaciones; algunos preferimos ver un pingüino a una manzana o cuadritos de colores en el rincón izquierdo de la pantalla, pero en esencia somos los mismos y esperamos lo mismo: encender, cargar el sistema, correr un programa, obtener un resultado, apagar.

Lo primero está cumplido con creces, para el abogado que cito al principio y para mí; lo segundo todavía no termina de llegar... No sé cuánto sea culpa de nosotros, los usuarios, por no hablar suficientemente fuerte y claro para que nos escuchen y entiendan los desarrolladores, sean contratados o libres; cuánto sea responsabilidad de los «cerrados», que se encierran con una llave más al escuchar pisadas desconocidas en vez de asomarse a preguntar quién es y qué quiere (bueno, Adobe Labs es como un ventanuco trasero por donde sacan de contrabando las sobras del banquete, para que los menesterosos de *n*x ya no afeemos la entrada principal); qué tanto sea de los «abiertos» y «libres», que se esclavizan en su espejismo de libertad y dan la espalda a la realidad.


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